jueves, 29 de agosto de 2013

Freno a la máquina de demoler

SOCIEDAD › LA JUSTICIA ORDENO PARAR LAS OBRAS EN LA CASA DONDE VIVIO EVARISTO CARRIEGO

Freno a la máquina de demoler

La Cámara de Apelaciones porteña revocó un fallo anterior y le ordenó al Gobierno de la Ciudad detener la demolición y refacción de la casa de Palermo donde vivió el poeta. Ya habían derrumbado la habitación donde Carriego escribía.

 Por Eduardo Videla

La Justicia porteña frenó la obra con la que, con el pretexto de remodelar la casa histórica donde vivió el poeta Evaristo Carriego, en el barrio de Palermo, el Gobierno de la Ciudad estaba destruyendo parte de ese patrimonio. La resolución de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo revocó una medida de primera instancia y ordenó al Gobierno de la Ciudad "abstenerse de realizar la destrucción o demolición" total o parcial del inmueble de la calle Honduras 3784, hasta tanto haya una decisión judicial firme.

La demanda fue presentada por los vecinos Mónica Capano, Marcelo Charlon Cristina Souto y Ricardo Castañeda, patrocinados por el abogado Pedro Kesselman, después de tomar conocimiento de que el Gobierno de la Ciudad había licitado una obra para la "ampliación, renovación de las instalaciones de la Biblioteca Evaristo Carriego", que funciona en el mencionado inmueble. De acuerdo con la descripción, la obra implicaba "la demolición de dos plantas del fondo" de la propiedad. Justamente el departamento superior ubicado en la parte de atrás de la antigua vivienda era utilizado por Carriego como lugar de trabajo. La obra programada también incluye el retiro de pisos de madera y del techo de chapa, la construcción de una losa de hormigón con viguetas en reemplazo de la cubierta, así como el levantamiento de paredes y tabiques y una escalera de hormigón.

La medida cautelar solicitada fue rechazada en primera instancia por la jueza Fabiana Schafrik, pero los demandantes apelaron, y la Cámara, integrada por los jueces Mabel Daniele y Carlos Balbín, revocó la medida anterior y concedió la petición de los amparistas. Los jueces se basaron en el texto de la Constitución porteña que contempla en su artículo 27 "la preservación y restauración del patrimonio urbanístico y arquitectónico"; en el Código de Planeamiento Urbano, que establece "la salvaguarda y puesta en valor de los lugares, edificios u objetos considerados de valor histórico"; y hasta en el decreto 312/2006, según el cual, los bienes declarados de interés cultural no pueden ser enajenados, modificados, restaurados o destruidos total o parcialmente sin el conocimiento, visado y supervisión del órgano de aplicación", es decir, la Secretaría de Patrimonio Cultural de la ciudad. También tuvo en cuenta que la casa de Carriego fue considerada por el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales de la ciudad, en el año 2010, como "sitio histórico".

La medida judicial llega con cierta demora, pues a la hora de demoler el gobierno porteño no suele perder el tiempo: la escalera de acceso y la habitación donde escribía Carriego ya fueron convertidas en escombros. Sobre el caso, la Comisión de Cultura y Patrimonio de la Comuna 14 advirtió sobre el riesgo de que toda la construcción corra la misma suerte que los espacios derrumbados.

La casa fue construida en 1890, en el típico estilo de las casas chorizo italianas. Carriego vivió allí desde niño hasta 1912, cuando murió, a los 29 años.

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